sábado, 29 de octubre de 2011

El día anterior.

-Uno se levanta a las 8.00 de la mañana tras una noche de fiesta en casa, al más puro estilo norteamericano, y se pregunta si debería haberse quedado tendido sobre aquella hamaca que tan ilusoriamente lo trajo al ardor de después de las 12.00 o haber optado por un simple juego de miradas.

Hay veces en las que te mojas, quieres dar un paso más porque cada minuto es una sorpresa nueva que droga la mente del curioso y piensas que el capítulo siguiente te hará vivir un nuevo sueño. Al día siguiente, fuera de las luces mortecinas y de los cálidos abrazos del gentío todo se paraliza.

En ese momento puede que fugarse haga que pierdas otro valioso tren y desearías una noche de soledad, otras veces nos ponemos las cadenas, atamos los cuerpos y decidimos afrontar un destino perdido. Buscamos el límite entre la aventura y la locura, pero nunca vemos el cartel de stop.

Es la resaca emocional del "no borracho" del día anterior.